El siguiente paso vino cuando empecé el cole.
Mi primer cole era mixto, algo a mi parecer importante, porque refleja la realidad de la sociedad, lo que te encuentras cuando sales a la calle.
Ahí fue donde descubrí que no era la única mocosa que se fijaba en los niños (si no, hubiera empezado a pensar que tenía y serio problema).
Era gracioso como te "enamorabas" de algún compañero por modas, es decir, dependiendo de en quien se fijaban tus compañeras. Yo creo que, en los nueve años que estuve en esa escuela, me pudieron gustar como tres niños de manera cíclica. Afortunadamente para ellos, yo era de las tímidas que no decía ni hacía nada al respecto. Es más, yo creo que no sólo era por corte, sino que además pensaba "¿Para qué? Si aun soy una niña para casarme y tener hijos". ¡Qué poco han cambiado las cosas respecto a algunos temas!
Creo que en el caso de los niños ocurría lo mismo, pero me da a mi que en estas historias siempre empiezan un poco después que nosotras. Yo siempre he dicho que me gustaría ser hombre, pero en el fondo eso es mucho de boquilla y ¡ser mujer es de lo más divertido! Sólo hay que saber sacarle partido...
¡Qué tengáis una estupenda semana!
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